domingo, 5 de junio de 2011

De guatemala en guatepero.

Parece que en algún momento nos hemos infectado del virus de la desconfianza y no todo es culpa nuestra, y como buen ejemplo de ello les voy a contar una experiencia de las tantas.
Mi periplo comenzó luego de haber sido cliente de telefónica durante 7 años. Cansada de pagar facturas altísimas que no lograba bajar, ofertas que nunca se cumplían, llamadas telefónicas mensuales y un promedio de 11 reclamaciones que recibían la misma respuesta, "lamentamos no poder atender a su reclamación", un incalculable número de operadores (que ni siquiera viven en España) que me contaban una y otra vez cosas diferentes, opte por cambiarme de compañía Telefónica para que me brindara un mejor servicio de Internet.
Decidí "huir" a Orange que me ofrecía la mitad de precio, los mismos megas y un descuento del 15% en la factura durante los seis primeros meces. Estaba encantadísima de la vida, hasta la primera factura.
Era exactamente igual a la de Telefónica con la única diferencia de que me habían atado con un periodo de permanencia de doce meces.
Del mismo modo que palie con Telefónica durante años parecía comenzar una vez más con Orange.
Después de tres meces intentando que me aplicaran la "oferta" que parecía haber desaparecido por arte de magia, decidía dejar de pagar para que cortaran el servicio. Al fin y al cabo los que no habían cumplido eran ellos no yo.
Y así fue, cortaron la línea y comenzó la segunda etapa, el acoso diario, normalmente a las seis, siete de la mañana todos los días para reclamar la factura impagada.
Les explique lo sucedido y me dijeron que si pagaba este recibo me daban de baja sin problemas y así lo hice.
Volví a confiar una vez mas para terminar por conectar el servicio nuevamente y generar otra factura, otra deuda más.
Después de todo, opte por dejarlo todo como estaba y cuando me volvieron a llamar les tuve que amenazar por acoso, les dije que les denunciaría. Parecía haber encontrado la palabra mágica al menos por un rato y aunque creía haber solucionado el problema tres meces después me encontré con un archivo de riesgo en el ASNEF donde el importe se multiplico por cientos.

Desde luego aún busco la forma de solucionarlo pero realmente la sensación de impotencia es total.

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